En el Colegio Williams, trabajamos día a día favoreciendo la tolerancia e inclusión respecto a la diversidad cultural, de género, orientación sexual, religión, clase social, edad y capacidades dentro de nuestro centro educativo, buscando influir de manera favorable al entorno.
La meta que compartimos como comunidad educativa es brindar una educación inclusiva, eliminando la exclusión social que se deriva de actitudes y respuestas a dicha diversidad. En palabras específicas del profesor experto de la UNESCO, Mel Ainscow:
“Para que el compromiso con la inclusión pueda transformarse en acción, éste debe impregnar todos los aspectos de la vida escolar. En otras palabras, no debe concebirse como una tarea aparte coordinada por una persona o grupo específico. Más bien, debe situarse en el corazón mismo de todo el trabajo de la escuela, siendo elemento esencial de la planificación del desarrollo y llevado a cabo por todos los que tienen responsabilidad en el liderazgo y en la gestión escolar” (2001)”.
💡 Conoce: los diferentes estilos de aprendizaje y cómo aprendemos
Cabe mencionar que, cuando educamos en tolerancia, las niñas, niños y adolescentes se vuelven más empáticos, pueden comprender que hay diferentes formas de pensar y de actuar; aprenden a respetar las opiniones diferentes, así como, los sentimientos y emociones de las demás personas.
Al educar en diversidad, niñas, niños y adolescentes, entienden que todos somos diferentes, incluso, que cada uno/a aprende de forma diferente. Esto implica entender que no todas las personas tenemos las mismas necesidades, ni los mismos puntos de vista.
Al educar en la tolerancia, en la diversidad y en el respeto, entendemos que cada persona es un ser único e irrepetible con circunstancias y experiencias diferentes, con su propia forma de ver y sentir la vida, de entender las cosas.
El verdadero impacto de la inclusión en la educación
Cuando las niñas, niños y adolescentes saben que no van a ser juzgados y que su opinión pese a ser diferente será tomada en cuenta, se sienten más libres para decir y hacer lo que sienten, lo que también repercute en la confianza y seguridad en ellos/as mismos/as.
Las niñas, niños y adolescentes educados en el respeto y la tolerancia son menos violentos, y emiten menos conductas agresivas, porque han aprendido que ésta es una forma de evitar lastimar a los demás, y porque viven en un ambiente donde, bajo ningún concepto, son legitimadas formas de violencia.
Es así como comienzan a desarrollar un comportamiento asertivo, aprendiendo a resolver los conflictos que se presenten en su día a día.
Lo anteriormente expuesto, se traduce en la importancia de generar espacios para conformar comunidades en donde prevalezca el sentido de colaboración, tomando en cuenta las distintas perspectivas de sus integrantes y lo valioso del trabajo colaborativo, enriquecidos por la diversidad, siendo ésta una de sus principales fortalezas.
Como escuela inclusiva, buscamos construir lazos entre docentes, alumnos/as y familias, generando oportunidades de crecimiento individual y colectivo.
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