Hoy existen muchas metodologías para fortalecer el aprendizaje de los niños y jóvenes, y la llamada "educación al aire libre" es una de ellas: una forma de incentivar la creatividad de los chicos y grandes.
Es un método que puede ser considerado novedoso; sin embargo, el modelo se ha impulsado de sobremanera en países como Alemania, Finlandia o Suecia.
Lo anterior no significa que el futuro de la educación se base en cambiar las clases tradicionales por la cátedra al aire libre. Hasta hoy, es un complemento, algo que puede fortalecer al alumno de distintas maneras, por ejemplo:
- Se puede despertar la creatividad.
- Aumenta el autoestima, la autonomía y el trabajo en equipo.
- Mejorar la salud, la motricidad y en general, la actitud hacia el aprendizaje.
Pero... ¿qué tipo de problemas puede solucionar?
Como toda metodología, ésta se propone para solucionar algunas problemáticas que los alumnos presentan a lo largo de su estancia escolar, así que el modelo ayuda a resolver lo que Richard Louv denomina en su libro The last Child in the Woods como "trastorno por déficit de naturaleza".
Y para explicarlo de la mejor manera, recurriremos a la definición de José Antonio Corraliza, catedrático de Psicología Ambiental de la UAM, quien afirma que:
"El Trastorno por Déficit de Naturaleza (TDN) es una enfermedad psicoterrática, y tiene su origen en una deficitaria o patológica relación con el entorno en el que vivimos".
En términos generales, el TDN se desarrolla cada que cualquier persona –en este caso los alumnos– pierden la "memoria naturalista", es decir, el placer de conectar con el medio ambiente y aprender de él.
Es un trastorno que a largo plazo puede desencadenar una serie de síntomas en la personalidad, como:
- Estrés.
- Falta de concentración.
- Ansiedad.
- Irritabilidad.
Síntomas que, con el paso del tiempo, afectan la relación del alumno con su entorno escolar, con sus compañeros y el personal docente. Un efecto que termina por mermar su rendimiento escolar.
¿Los colegios en México están preparados para detectar este tipo de trastornos?
Pocas instancias educativas se enfocan a resolver este tipo de problemáticas, y una de las razones es debido a que no le dan la importancia que se merece.
El personal docente debe ser consciente de que en algún momento de la vida escolar, tendrán que aplicar un poco de ecopedagogía o educación verde: enseñar con la naturaleza y utilizarla como herramienta didáctica.
En ese sentido, las instalaciones juegan un rol muy importante...
Pocas instituciones ofrecen entornos pensados para aplicar este tipo de metodologías. Por eso, los padres deben elegir un colegio que pueda proporcionarle a sus alumnos espacios donde la educación verde pueda ser una realidad.
En el Colegio Williams –por ejemplo– contamos con una granja didáctica donde nuestros alumnos enriquecen sus experiencias de aprendizaje en contacto con la naturaleza, siendo una oportunidad única y significativa de valorar las maravillas que tenemos en nuestro planeta.
Son esos pequeños elementos los que diferencian a los mejores colegios de México; los detalles son los que hacen la diferencia entre una persona capacitada, llena de virtudes y aprendizajes.
Te invitamos a conocer más de nuestro modelo educativo, da clic aquí y descubre todas las actividades extraescolares que ofrecemos y que ayudan –de igual manera– a potenciar el desarrollo académico de los alumnos.
“Colegio Williams, más de 120 años diseñando el futuro de jóvenes prometedores de México".