Discurso de clausura de 6o año

Discurso de clausura de 6o año Colegio Williams San Jerónimo, 15 de Julio del 2014. Para mis hijos, siempre por ellos.

Hoy me siento realmente afortunado porque tengo la oportunidad de hablarles y más aún porque he tenido el privilegio de conocerles y de que sean compañeros de Alejandro. No sé si se han dado cuenta, pero ustedes han conformado un grupo inspirador y su interacción ha sido una dinámica de retos y logros hacia sus propios compañeros, hacia sus maestros y un gran orgullo hacia sus padres y a su colegio, han sabido aprovechar cada lección transformándola en nuevo conocimiento, han consolidado sus calificaciones que no son un simple número, si no que representan con certeza la comprensión de cada nuevo aprendizaje. Han demostrado tener inteligencia y sensibilidad, han aceptado y respetado sus diferencias en lo general. Pero ahora quiero reflexionar respecto al contexto en el que se encuentran ya que están por iniciar una nueva etapa en su educación.

Antes permítanme recordarles que nada de lo que han hecho aquí lo han hecho solos. Somos parte de una comunidad. Podemos interesarnos por alguna persona en particular pero nunca debemos perder de vista la importancia que tiene cada persona que conforma nuestra comunidad. Hoy es nuestro deber expresar nuestro agradecimiento a todos los que hacen funcionar a nuestro colegio con su trabajo, a los padres y por supuesto a nuestros compañeros, con todos debemos estar agradecidos, todos han sido hasta ahora parte de nuestros logros y nuestras vidas. Gracias por enseñarnos que el ser parte de una comunidad implica una gran responsabilidad y compromiso para con todos.

Siempre he pensado que nadie debería destruir o lastimar por ningún motivo y mucho menos por diversión. Casi todos los objetos que existen así como nuestras acciones pueden ser utilizados para bien o para mal, pero confío que con inteligencia y con principios habrán de decidir con nobleza. Utilicemos esa inteligencia para promover en todo momento y en cualquier lugar un ambiente de cordialidad. Por lo cual les pido que consideren cada día como una nueva oportunidad para hacer lo correcto, para ser justos y para procurar el bienestar de los demás.

¿Qué sentido tendría la vida, cómo aseguraríamos un mejor panorama a nuestros hijos si no lo intentamos? Seamos audaces, para hacer de la buena convivencia nuestro mayor éxito. La inteligencia es un don, la bondad es decisión de cada quien. Correspondan con creces los gestos de bondad de los demás, aprendan a identificar los milagros cotidianos y sean agradecidos con la vida misma. Ignoren, rechacen todo aquello que pueda afectar su equilibrio mental, físico y emocional, conservemos nuestra calidad humana, seamos únicos. Por favor decidan bien.

El hecho de que estén aquí no es casualidad, estoy plenamente convencido de que en cada uno de ustedes existe una posibilidad latente para solucionar los problemas de este mundo, que al día de hoy, lamentablemente, parece estar gravemente enfermo, infectado de violencia e impunidad. Ustedes son la medicina. En ustedes reside nuestra más grande expectativa de que este mundo sea cada día un mejor lugar para todos, pero decidan y actúen adecuadamente desde ahora.

Gandhi decía que para cambiar al mundo habría que empezar por cambiar uno mismo. Así pues el cambio verdadero comienza en nuestra persona. Están muy a tiempo para suprimir los prejuicios y todo aquello que les impida soñar, sean fuertes para vencer las adversidades y luchen por vivir una vida plena, compasiva, con integridad, eso los hará dignos y honorables, les dará muchas satisfacciones, además de claridad en sus pensamientos y de tranquilidad en sus vidas.

Si no se tiene éxito en esta vida es porque no se ha aprendido de las adversidades. No tengan miedo a equivocarse porque seguramente tendrán la posibilidad de rectificar, no duden, construyan y compartan, tiendan la mano, no esperen nada a cambio. Hasta ahora no hay nada que nos indique que no podemos perseguir nuestros sueños. Piensen, indaguen, busquen apoyo, arriesguen, actúen, pero siempre buscando realizar esos sueños, no permitan que el temor, la apatía o la indiferencia termine por diluirlos, conviertan sus sueños en metas y les prometo que la vida les permitirá ver cumplidos cada uno de ellos.

Pregúntense qué quieren ser, cómo lo van a hacer, cuál va a ser su contribución, pregúntense si tratan con respeto y solidaridad a los demás como les gustaría ser tratados. Si algún día les surgiera la intención de ofender a alguien, antes hagan una pausa y piensen que sentirían si alguien ofendiera de esa forma a sus seres más queridos y después pregúntense cómo quieren ser recordados, sean honestos al responderse y tengan la valentía para ser congruentes con sus acciones. No se tarden en ser respetuosos, el tiempo pasa volando y las ofensas tardan mucho en desvanecerse. Estemos más atentos para identificar de inmediato a quien nos necesita y ayudemos, que la ayuda debe ser como el sol que cobija a todo ser vivo sin distinción.

Cada noche, antes de dormir, prométanse un nuevo día lleno de aventuras como quien en su locura se promete un cielo lleno de estrellas. Eso es lo mínimo que merecen por el simple hecho de estar vivos, no necesitan ningún otro tipo de estímulo para conservar el gusto por la vida, la naturaleza nos ha hecho capaces de sentir, de emocionarnos, de sorprendernos y no necesitamos nada más que nuestros cinco sentidos para que así sea.

No se pierdan, ahora existen avanzados medios que nos permiten seguir en contacto sin importar tiempos y distancias, pero les sugiero que se den la oportunidad de verse, de interactuar, de que mantengan bien ejercitados al cerebro y al corazón, que sus relaciones personales sean genuinas, reales y no sólo virtuales. Al día de hoy no hay software ni red social que pueda expresar nuestros sentimientos y nuestras intenciones con la misma fidelidad que lo expresan nuestros gestos, nuestros ademanes, la entonación de nuestras palabras, no hay ningún medio que demuestre el gusto que nos da el saludar a alguien como cuando damos un apretón de manos, no hay ningún dispositivo que nos haga sentir el calor de un abrazo lleno de afecto, no existe ningún aparato que pueda reemplazar una cara que se ruboriza por haberse enterado de que esa persona te gusta o que refleje la sinceridad de nuestro arrepentimiento cuando nos hemos equivocado, hasta ahora no hay computadora, ni Ipad, ni Ipod, ni Iphone que se alegre por ti o que te consuele cuando estás triste o que te de un beso en la mejilla.

No se pierdan, visítense, platiquen, imaginen, jueguen, salgan, caminen, observen, lean, escuchen música, vayan al cine, al teatro, viajen, conozcan, emociónense, quieran, vibren, lloren, rían y cuando parezca que ya han hecho todo reinvéntense y descubrirán que todavía hay mucho más.

Siempre cuídense... que nadie, absolutamente nadie, les lastime de ninguna forma y mucho menos les impida que crecer con libertad, con seguridad y confianza. Hagan lo que deseen hacer sin afectar su integridad y la de los demás. Ocupen menos sus dispositivos y ocupen más su corazón, mantengan el contacto personal y una buena salud.

Cuando era niño, mis padres me llevaban de vacaciones al campo, a la casa que fue de mis abuelos, fuera de la ciudad, es la casa en donde ahora viven ellos. Recuerdo que me gustaba ir en temporada de lluvia porque por las tardes, cuando dejaba de llover, me sentaba en la terraza y podía percibir el olor a tierra mojada y después, al oscurecer, observar a las luciérnagas entre las hierbas. Entonces me preguntaba cómo es que tenían luz propia y me quedaba un rato inmóvil, tratando de resolver el misterio viéndolas como se iluminaban al volar.

Nunca me dio por atraparlas, porque me emocionaba mucho cuando imaginaba que se acercarían a mí y aunque nunca sucedió, hoy vuelvo a sentir esa emoción y es que ustedes son como esas luciérnagas pero con varias diferencias: ustedes tienen las alas más grandes, son más ágiles al volar, su luz es más intensa, ustedes si se me acercan y vuelan a mi alrededor, ustedes son una bella promesa de un mejor futuro, son esas luces autónomas que le dan movimiento al pedazo de cielo que nos toca.

Gracias por permitirme esta emoción, esta nostalgia y gracias porque sé que los niños como ustedes hunden en el más profundo silencio a aquellos pesimistas que opinan que todo está perdido, y que por el contrario, nos devuelven la esperanza a los que seguimos teniendo fe en nosotros mismos.

Este día marca la conclusión de su educación primaria y también el inicio del siguiente tramo por recorrer. Les deseo todas las ganas, toda la disposición, todo el empeño y la ambición de seguir aprendiendo mientras crecen, les pido que recorran este tramo conservando su compañía, siendo solidarios e integrando a otros a este maravilloso grupo, les deseo una estrecha relación de comprensión permanente con sus padres, sus familias y sus amigos y espero en verdad, que en las próximas generaciones haya más niños como ustedes, porque...

Ustedes son esas luciérnagas

con alas de mariposas

y agilidad de libélulas,

esas luciérnagas hermosas.

En una rítmica intermitencia,

ahora que todo parece oscuro,

ustedes iluminan nuestro futuro

con su mágica presencia.

CARLOS DUARTE